Los 44 nuevos buses de Transmilenio que rodarían desde el pasado 9 de abril, como parte del plan de choque para mejorar el servicio, se encuentran parqueados en Bogotá en los patios de la Calle Sexta y Calle 80 porque incluirlos en la fase I implicaría una prórroga automática del contrato, explicó el alcalde Mayor, Gustavo Petro Urrego.
“Hay un peligro que sucedió en la anterior administración, el contrato de la Fase I de TransMilenio en el 2009 propuso un millón de kilómetros para su finalización, debido a la reposición de buses viejos por nuevos, en donde se permitió la entrada de cerca de un centenar de buses, ese kilometraje nunca se cumplió y el contrato se volvió indefinido, desplazándose en el tiempo, y alargándose por 20 o 30 años más”, dijo el burgomaestre.
El mandatario aclaró que aunque tiene el deseo de que los buses entren cuanto antes a reforzar el sistema, se debe tener cuidado ya que estos nuevos buses tienen otra normatividad distinta en su contratación al pertenecer a la Fase III de TransMilenio.
“Si yo permito el funcionamiento de los buses y admito que se modifique el contrato de la Fase I, introduciendo los 40 buses nuevos, automáticamente estaría prorrogando el contrato, repitiendo la historia”.
Por último el mandatario reiteró su voluntad y disposición de diálogo acerca del tema con los nuevos operadores, con quienes sostendrá reuniones a partir de la próxima semana para concertar y dar vía libre a la operación de los articulados, que inicialmente entrarían a reforzar la operación en las troncales Américas y Caracas, mientras inicia el 9 de junio, la Fase III de TransMilenio por la carrera Décima y la calle 26, su destino final.
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