jueves, 19 de julio de 2012

Bogotá, una ciudad con oportunidades de vida para personas que ejercen la prostitución


Julio 19 de 2012 Obligada por condiciones familiares y de abuso, Gilma Pérez Hernández, una mujer de 46 años, se adentró a las calles bogotanas donde por más de 30 años ejerció la prostitución. Hoy gracias al programa de la Administración Distrital, trabaja en la  Subdirección Local de Integración Social en Los Mártires donde contribuye a que más mujeres tengan una nueva oportunidad de vida.

“Yo estoy exactamente en la Subdirección de Los Mártires y apoyo todos los programas que tiene que ver con atención a mis ex compañeras, las mujeres en condición de prostitución”, aseguró Gilma Pérez, quien por decisión del Alcalde Gustavo Petro, trabaja porque más mujeres que por diferentes circunstancias ejercen la prostitución, tengan una nueva opción de vida.

Debido a condiciones familiares, Gilma desde muy pequeña tuvo que vivir con sus tíos porque sus padres se separaron y la abandonaron ella y a sus tres hermanos.

“Ellos cada uno consiguió su pareja y pensaron fue en la felicidad de ellos, no en la de nosotros, entonces nos coge la familia y nos adoptan unos tíos pero no éramos hijos de ellos, entonces siempre vivimos marginados. Sí, había la comida y la dormida pero de ahí no había más, entonces uno se va formando con ese resentimiento, con esa tristeza, de que no tengo un papá una mamá, que estoy aquí pero estoy arrimada”, expresó Gilma.

A sus 16 años cuando se convirtió en una adolescente, Gilma empezó a sentir en carne propia los abusos familiares, que fueron el detonante para que saliera a las calles.

“A los 16 años empieza uno a ponerse muy bonita porque a pesar de todo, empieza a coger su cuerpo de mujer, y todo mundo empieza a perseguirlo y más cuando saben que no tiene quien revire por usted, hable por usted. Entonces los tíos, los esposos de las tías, empiezan que porque uno está durmiendo acá la voy a asechar, la voy a manosear. Yo me sentía desesperada y sobre todo de no poder contar: Mi tío me tocó, no podía hacerlo porque no me iban a creer y aparte de todo se iba a formar un problema y me iba tener que ir y para donde”, afirmó Pérez Hernández.

La desesperación por los abusos, la obligó a temprana edad a salir de su casa y encontrar como única opción de vida la prostitución.

“Por muchos años aguanté el maltrato de mis compañeras y de los mismos clientes. Quise estudiar pero por mi condición me rechazaron y así cuando quise salir de esto no tenía las oportunidades”, indicó Gilma.

Sus ganas de salir adelante y de ofrecerle una vida diferente a sus tres hijos, fue el impulso para que ella terminará sus estudios de bachillerato y también se graduará como técnica en sistemas, pero no contó con las  oportunidades suficientes para dejar de ejercer la prostitución.

“Cuando llegó la nueva Alcaldía de Bogotá Humana, fue el doctor Gustavo Petro el que me sacó de allí y me llevó a trabajar en la Secretaría de Integración Social. Me parece maravilloso y lo he dicho y lo diré, nunca antes nos habían dado una oportunidad de esta, porque si esto hubiera sucedido antes yo no hubiera durado 30 años en una calle”, dijo Gilma Pérez.

Hoy, gracias a este programa ella cuenta con un empleo en la Secretaría de Integración Social, que le ha permitido tener una vida diferente a ella y a sus hijos.
“Ellos están muy contentos ellos van a la Subdirección y me visitan pueden ir a tomarse conmigo un tinto, yo me siento muy feliz y ellas tiene hoy una posibilidad, yo por eso le digo a mis ex compañeras que se preparen para que salgan de allí y que se acojan al programa”, aseveró Gilma.

Este sentimiento que hoy embarga a Gilma lo comparte Elizabeth Fonseca, una mujer que por más de 25 años ejerció la prostitución y que hoy trabaja en la coordinación del programa de vinculación de esta población a Misión Bogotá.

“Yo soy madre, yo soy abuela y hoy estoy trabajando en la Secretaría de Integración Social y gracias a este programa logre la restitución de mis derechos como ciudadana para que pudiera hablar a la ciudadanía por toda esta comunidad”, aseguró Elizabeth Fonseca. 

Carlos Garzón, Subdirector de Adultez de la Secretaría de Integración Social, manifestó que lo que busca Bogotá Humana no es ver a la población en ejercicio de la prostitución, despojada de sus derechos sino ver sus capacidades y posibilidades para iniciar una reconstrucción de sus proyectos de vida.

“El Distrito le ofrece una ruta de servicios y unas opciones para que ellas puedan encaminar acciones distintas que les permitan o bien salir de la prostitución o continuar con ella, lo que buscamos es confrontarlas en ese proyecto de vida con el fin que la sociedad se sensibilice ante este tema”, manifestó Garzón.

En la actualidad, cerca de 140 mujeres en ejercicio de prostitución están vinculadas al proceso de formación y generación de ingresos en articulación con Misión Bogotá.

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